miércoles, 30 de diciembre de 2015

Enamorirte.

Me colé entre la sinestesia que provocan tus ojos al gritar.
Me escondí entre versos a quemarropa con una única intención,
amar.
Y enloquecí.
Enloquecí imaginándote como musa de un artista mientras pinta,
enloquecí agazapado tras un folio lleno de tinta.

Loco,
me perdí entre acompasados vaivenes,
tracé utopías pasajeras,
leí cuentos fantasiosos en los que tú eras una fiera,
tristes poemas entrelineados en tus caderas.

Y ahora,
me derrito como los dos cubos de hielo de mi vaso de Ginebra,
al tiempo que la luna en mi corazón tus pestañas enhebra
y como loca empiezas a tirar.
Mis ojos son esta vez los que no paran de gritar
y repiten una y otra vez en silencio,
"No te alejes más por favor, me lo vas a arrancar".

Sé que después de esto,
todo oscurecerá,
la luna inundada de remordimientos mi cuerpo descorazonado mecerá
y tú, con el corazón en un puño,
(literalmente),
podrás darte cuenta de que querer es morir,
pero duele mucho más.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Como quien pide tabaco.

Como elefante trapecista sobre la tela de araña,
que se niega a dejar el circo de la vida.

Pierde tu equilibrio.

Como sonámbulo que vive sin cerrojos,
porque no permite que nadie atrape su sueño.

Sueña.

Como títere coleccionista de nudos,
que sediento de aplausos,
no concluye su eterna función.

No desistas.

Como cuervos postrados sobre cables eléctricos en días de tormenta,
afirmando que las vistas son maravillosas.

Mírala.

Como mirarse en el espejo,
y preguntar quién anda ahí.

Sé.

Como caricia a quemarropa,
como el alba a contraluz.
Como vuelo de faldas
y los ciento volando.
Como verdad dolorosa,
como mentira piadosa.
Como niño en Siria,
como infierno de contrabando,
como vidas de bolsillo.
Como desafiar a la muerte,
como un adiós.

Como este folio en blanco,
que abrazó al abecedario
y se convirtió en poema.