miércoles, 30 de diciembre de 2015

Enamorirte.

Me colé entre la sinestesia que provocan tus ojos al gritar.
Me escondí entre versos a quemarropa con una única intención,
amar.
Y enloquecí.
Enloquecí imaginándote como musa de un artista mientras pinta,
enloquecí agazapado tras un folio lleno de tinta.

Loco,
me perdí entre acompasados vaivenes,
tracé utopías pasajeras,
leí cuentos fantasiosos en los que tú eras una fiera,
tristes poemas entrelineados en tus caderas.

Y ahora,
me derrito como los dos cubos de hielo de mi vaso de Ginebra,
al tiempo que la luna en mi corazón tus pestañas enhebra
y como loca empiezas a tirar.
Mis ojos son esta vez los que no paran de gritar
y repiten una y otra vez en silencio,
"No te alejes más por favor, me lo vas a arrancar".

Sé que después de esto,
todo oscurecerá,
la luna inundada de remordimientos mi cuerpo descorazonado mecerá
y tú, con el corazón en un puño,
(literalmente),
podrás darte cuenta de que querer es morir,
pero duele mucho más.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Como quien pide tabaco.

Como elefante trapecista sobre la tela de araña,
que se niega a dejar el circo de la vida.

Pierde tu equilibrio.

Como sonámbulo que vive sin cerrojos,
porque no permite que nadie atrape su sueño.

Sueña.

Como títere coleccionista de nudos,
que sediento de aplausos,
no concluye su eterna función.

No desistas.

Como cuervos postrados sobre cables eléctricos en días de tormenta,
afirmando que las vistas son maravillosas.

Mírala.

Como mirarse en el espejo,
y preguntar quién anda ahí.

Sé.

Como caricia a quemarropa,
como el alba a contraluz.
Como vuelo de faldas
y los ciento volando.
Como verdad dolorosa,
como mentira piadosa.
Como niño en Siria,
como infierno de contrabando,
como vidas de bolsillo.
Como desafiar a la muerte,
como un adiós.

Como este folio en blanco,
que abrazó al abecedario
y se convirtió en poema.

domingo, 29 de noviembre de 2015

Alunizaje.

Canta ronca la Luna,
nunca ha brillado así,
se mira al espejo el careto que lleva,
se pinta los labios rojo carmesí.

Curiosa, pregunta una a una
a las infinitas estrellas,
¿va a volver el Alba?
¿Qué ha sido de ella?

Olvídate del Alba Luna,
-aconseja el firmamento-,
es un amor imposible,
te llenará de lamentos.

Luna que llora,
que canta una nana,
Luna apagada,
ha llegado su hora.

Qué bonitas la Luna y su nana suicida,
yace su cuerpo desnudo,
yace su cuerpo sin vida.

Poetas rotos, decoran su pesar,
¿quién será ahora mi musa?
aciertan a preguntar,
cuadernos en verso no dejan de sangrar.

Canta Luna canta,
-el alba suplica-,
con tu voz quebrada,
alegres baladas.

La Luna despierta y abre los ojos,
entona una copla que habla de amor,
siente el Alba acariciando su boca,
besándola en sus, más vivos que nunca, labios rojos.

Hoy es domingo y la Luna está preciosa.
















viernes, 20 de noviembre de 2015

Posesión.

En su defensa alegó que la quería demasiado.
Tanto, tanto, que tuvo que matarla.


Microrrelato contra la violencia sexista.

jueves, 12 de noviembre de 2015

November rain.

La ciudad se tiñe de una nostalgia palpable,
el cierzo trae consigo una espiral de melodías cicatrizantes,
las gotas de rocío acarician un otoño perenne.

Una niña salta de charco en charco
entusiasmada con sus nuevas botas de agua,
mientras,
el correteo de pies descalzos pule acharoladas aceras
y hace estallar una sonrisa cómplice entre dos (des)conocidos.

Las flores siguen escondidas bajo tu pecho,
los árboles se desvisten,
juegas a besar el sol al despertarte,
le miras las bragas a la luna y ella se enamora de tus ojeras.

Y yo,
sigo caminando en dirección contraria,
deshojando primaveras para encontrar la respuesta,
viviendo al compás del crujir de las horas.

martes, 10 de noviembre de 2015

Mg.

Me gustan los días de lluvia,
el olor de la tierra mojada.
Me gusta echar de menos en días grises,
sabiendo que eso conlleva sentirme solo.
Me gusta jugar con fuego aunque siempre acabo quemándome.
Me gusta saberlo todo y muchas veces me doy de ostias por ello.
Me gusta reír a carcajadas y hacer estallar mis lagrimales,
me gusta sentir.

Me gusta la música,
sentimientos a ritmo de rock.
Me gusta bailar pero siempre acabo pisando los pies de mi pareja.
Me gustan las canciones tristes aunque hacen que me tambalee.
Me gusta la poesía,
sin saber nada de ella.
Me gusta escribir y me arriesgo a que me leas,
a que sepas que te quiero.

Me gusta mirar al sol,
aún sabiendo que me puede abrasar la retina.
Me gusta mirarte,
aún sabiendo que puedes destrozarme el corazón.


lunes, 2 de noviembre de 2015

En un lugar de tus piernas cuyo nombre no quiero acordarme.

Veo en ojos ajenos un translúcido recuerdo,
que se emborrona conforme el tiempo pasa.
Pupilas dilatadas esnifan retales de momentos pasados
que ahora quebrantan corazones cicatrizados
y las saetas del reloj se clavan en unos lagrimales
que acaban por hacerse añicos.

Yo, incesable estorbo,
pregunto por tal pena
y no obtengo por respuesta
más que un "mejor no preguntar".
Extrañado reflexiono sobre ello,
¿tan malo es recordar?
Discrepo.

Los recuerdos son llaves a resquicios de sentimientos
y todo lo que sea sentir es asegurarse de seguir vivo,
mi memoria es la forma de desafiar a la muerte,
aunque poco a poco vaya ganándome terreno.

Quiero acordarme de la primera vez que vi a mis padres llorar para saber qué es tristeza,
quiero acordarme de la primera vez que vi a mi hermana sonreír para saber qué es alegría.

Fotografío furtivamente instantes de realidad para poder recrearme en el placer de la melancolía,
recordar es lo más parecido que puedo hacer para volver a verte
para perderme en un lugar de tus piernas,
cuyo nombre no quiero acordarme.


martes, 20 de octubre de 2015

Vayven.

Soplo las pestañas del huracán
gritando a los cuatro vientos mil deseos 
con la seguridad de que se van a cumplir.

La luna triste,
enhebra mil penas en mis ojos
y cose la boca de estrellas infinitas
que cuentan las demencias de amantes que desafiaron al destino
y acabaron en una espiral de peleas y orgasmos,
mientras tú,
crédula trapecista,
caminas por el firmamento haciendo equilibrios.

Anudo tus pupilas con las mías
y se desatan entre poemas utópicos
que me susurran musas un poco putas.

Me acurruco al abrigo de tu pelo
y el frío me muerde la boca.
Tu lengua,
más caliente que la lava de Pompeya,
escribe versos en la espalda del invierno
y derrite gélidos corazones como el mío.

Quebrantas con rabia segunderos y minuteros,
los relojes se desnudan,
el tiempo suspira
y la muerte tiembla.
Llevo flores al cementerio de las dudas,
donde enterré hace tiempo mis ilusiones que ahora vuelven a latir.

Camino descalzo entre tus pedregosos miedos
y limpio de pesares tus días,
resquicios de fe en el amor aparecen en la comisura de tus labios
y sonríes queriendo que no me de cuenta,
pero tú bien sabes que los detalles se captan mejor de reojo.


Estás tan bonita siendo libre y tan tuya
y a la vez tan mía.
Enjaulada en una cárcel sin barrotes en la que tu eres presa y carcelera.
Acaricia la libertad pero no te vayas muy lejos.

Camina y retrocede, 
retrocede y camina.











lunes, 19 de octubre de 2015

Voy.

Rebaño ilusiones con pan duro,
sueño con tocar el sol,
comerme el mundo,
Crédulo e ingenuo gilipollas.
Trepo hasta tus piernas
y no me ando por las ramas,
voy a comerte el coño.
Puto cerdo asqueroso.
Quebranto sonrisas propias,
entre cordura y locura,
entre euforia y desolación.
Pesado, victimista y agonías.
Escupo sentimientos en papel,
acicalo desamores
y te escribo algún verso de mierda.
Cursi y moñas sentimentalista.
Sediento de cariño busco socuello en alcobas ajenas
le meto mano a todas y cada una de las estrellas
y la luna me enseña las tetas.
Promiscuo e infiel cabrón.
Me ato a tus cuerdas vocales,
te susurro cien versos de Bécquer,
te doy todo de mí.
Empalagoso y aburrido amante.
Harto de hipocresía,
de indecisión,
de tanta paradoja,
no voy a anudar gargantas que griten lo mismo que yo,
no voy a cerrar bocas que sean lobo y se coman al rebaño.
Voy a quererte un poquito más,
que mejor ya no se puede.




miércoles, 14 de octubre de 2015

Quédate.

Frías manos buscan calentarse entre corazones descosidos,
bocas despeinadas buscan caricia en ojos color verde marihuana,
lágrimas a contracorriente de amantes rotos nos llevan bajo un puente,
el más bonito de la ciudad.
Golpea el deseo con fuerza,
la noche suena a rock,
tus caderas bailan a ritmo de mis sueños,
tu pelo está de vicio entre mis dedos,
se emborracha de envidia la luna,
las estrellas no paran de mirarte,
y joder, me encantas.
Te acercas con esa chulería tan tuya,
vuelves a darle una calada a mis miedos
que se consumen mientras una sinfonía de miradas acuchillan la mediocridad de cualquier otra mirada de mujer
y susurras besos en mi oreja,
y besas susurrando el silencio,
que se enamora de ti cada vez que sonríes.
Quédate, por favor quédate,
hasta el día en que lluevan pianos quédate.



martes, 6 de octubre de 2015

Títeres.

Tengo una complejidad natural,
que me sumerge en una espiral de altibajos emocionales.
De vez en cuando soy persona,
otras escribo.
Me siento enormemente arrogante por ser yo quien diga que soy complicado
y terriblemente frágil porque sois vosotros los que vais a leer que no soy realmente feliz.
Soy de los que no saben estar solos,
de los que no saben estar acompañados,
de los que no saben estar.
Odio a Cupido a veces,
también creo en cuentos de hadas hasta que vuelvo a estar jodido
y me juro no volver a enamorarme.
¡Já!
Sobrenatural e ineludible amor.
Mi destino es titiritero,
y yo marioneta trapecista
hago equilibrios con las cuerdas que me apresan.
Bajo mi vértigo tu boca,
otro paso en falso,
ya no tengo nada que perder,
¡que empiece la función!


viernes, 2 de octubre de 2015

Los sueños, sueños son.

Hoy he soñado contigo,
una vez más.
No sé si será que tengo las defensas bajas o
que te echo de menos.
Una guerra en la que todo vale,
entre agrietado corazón
e incrédula razón,
en la que siempre acabo mordiendo el polvo.
Pero que bonita estabas, joder.
Tan tú
y tan conmigo,
tan golondrina libre,
que juega contra mi ventana.
Tan cerca y tan mía.
Te he abrazado y mis brazos gritaban,
confieso que he vivido,
que he sido feliz,
aunque los sueños, sueños son
y vuelva a mi vida,
entre paréntesis.
Porque mi ilusión agoniza
y me lleva consigo.
He pellizcado con los dientes una y otra vez tu boca
y me prometía que no iba a despertar.
me mentía,
una vez más,
y yo,
tonto,
la he creído.
Final del juego.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Contra el temporal.

Grietas de un amor erosionado,
la libertad está presa en dos cunas,
la vida pasa y la felicidad fugazmente aparece
pero se marcha a la vez que un bucle de pesimismo
inunda corazones.
Yo,
observo, 
analizo,
callo.
Soy Troya y ardo a merced de un destino cabrón.
Soy Pompeya y la ceniza cubre mi ser llenándolo todo de mierda.
Soy  músico en el Titanic y me hundo sin dejar de tocar,
sin saber muy bien que hacer.
Así que yo,
observo,
analizo,
callo.
Pero todo esto no me salva del naufragio.


lunes, 21 de septiembre de 2015

¿Tienes fuego?

La desolación me pisa los talones y mis piernas sin fuerza piden a gritos dejar de correr.
Mis lagrimales engarrotados no pueden más.
Reté a un pulso a la ilusión y acabé perdiéndola.
Busco un todo o nada con la vida,
o con la muerte,
el amor hace mucho tiempo que me dio la puñalada,
Cupido es un cabrón,
no os quepa duda.
Ya no busco ser Troya para quemarme entre unas piernas,
Venecia hace tiempo que está seca
y tanto camino a Roma me toca los cojones.
Tengo un torbellino de crisis existenciales
y algún que otro pájaro por ahí aleteando.
Mis folios están llenos de altibajos,
las paradojas son pan de cada día
y mis ganas de comerme el mundo
no tienen sitio en un estómago cerrado por insignificantes desgracias,
que no importan a nadie
y me consumen poco a poco,
como un piti que roza tus labios
y me deja inhalar el humo que me lleva a ningún lugar,
a otra muerte anunciada,
siendo totalmente consciente del riesgo que corro.












domingo, 20 de septiembre de 2015

Soledad.


Vete,
aléjate de aquí,
lleva tu narcisismo a otra parte,
el síndrome de hibris ha cegado tu apacible tranquilidad.
Llena de un descontrol visceral desprecias mi vida,
idolatras tu influencia sobre mí
y no me gusta que controles mi estado de ánimo,
ya no disfruto a tu lado.
Vete,
deja de torturarme en noches como esta,
mis ilusiones ya están en el desguace,
no pretendas hundirme en una espiral de ruinas,
déjame ya en paz.
Vete,
yo nunca he besado el vacío,
siempre le he tenido miedo a las alturas,
¿y ahora quieres que te abrace?
Estás loca.
No quiero que acaricies con tu ausente presencia mis folios,
es alevosía desmesurada.
Aunque desprendas dura poesía,
estoy harto de que te creas musa por ocupar mis desamparados escritos.
No eres ninguna "femme fatale",
no eres nadie, literalmente.

viernes, 18 de septiembre de 2015

Escucha.

Ayúdame a echarle un farol al tiempo para que pare de andar,
yo que nunca he llevado ningún as bajo las mangas de esta fachada,
que escribe para poder dormir
y duerme para poder soñar.
Tengo un presentimiento.
Hoy va a ser un gran día.
No voy a regalarte flores ni bombones,
voy a ser tu ritmo de blues en esta tarde soulitaria,
haremos un solo de miradas en una infinita noche rockanrolera,
compondremos una melodía de gemidos de lo más heavys que será acompañada armónicamente por las caderas con el swing más salvaje y sublime que un músico de pandereta y sombrero como yo, imaginaría jamás.
Las tuyas.
La clave está en el sol al que voy a robarle unas horillas de noche,
para que estés a MI LA DO
y cuando harto de esperar me grite que es hora de dormir,
pueda decirle:
"Déjanos tocarnos otra vez, Sol."






domingo, 13 de septiembre de 2015

Sálvese quien pueda.





Corre.
No puedes quedarte aquí parada,
echando raíces entre hojas mojadas,
entre moribundas primaveras
y tristes canciones de amor.
Sal de esta anarquía de versos,
de estos folios ensangrentados con tinta.
No escupas tus entrañas en líricos lienzos,
con finas y retóricas pinceladas.
Huye de libros,
poemas,
musas,
y sobre todo de poetas.
Acércate al precipicio y no te tires,
date media vuelta,
que tu no eres ninguna suicida,
ni ninguna mujer fatal,
no te va eso del amor,
nada de melancolías,
ni de Cupido y esas mierdas.
Aléjate,
que tú aún puedes ser feliz,
que tú ves las letras desde la barrera.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Ases.






Pienso en que será de mí dentro de unos años,
unos meses,
unas semanas,
unos días
e incluso dentro de un rato.
Amordazo arrepentimientos para que mi conciencia intranquila sea la que tenga la última palabra.
Tengo algo entre manos y no es más que una pistola cargada con cagadas y caprichos propios,
los lápices con los que escribo ahora parecen más afilados que nunca y acarician mi yugular. 
No sé si seguiré queriendo escribir,
si dormiré a ver si por fin dejo de soñar
o si desearé que mi amiga de plata arañe mis sesos 
para conseguir una deseada catarsis.
Los naipes esconden mi destino,
pero yo los barajo.
Corta.

viernes, 28 de agosto de 2015

Con ese corazón tan cinco estrellas.

Veinte años de sueños espolvoreados con soplos de felicidad que desprenden tus ojos.
Hipnotizas al miedo con solo una sonrisa.
Tienes la palabra revolución grabada a fuego en el lado izquierdo de tu pecho.
Eres la noche que esperan los enamorados para encontrarse,
el día que trae el alba y súbitamente da una bofetada de realidad a todo loco nocturno.
Eres fantasía con los pies en la tierra.
Mira,
te voy a confesar una cosa.
Logras que cada mañana sea una nueva oportunidad de robarte un abrazo "rompehuesos" o cualquier muestra de que me quieres,
y no quiero que te vayas nunca,
(como Kutxi dijo, "quédate hasta el día en que lluevan pianos, quédate.")
Quería agradecerte todo lo que haces por mí;
Me has protegido con uñas y dientes siempre.
Has inventado un nuevo lenguaje de carcajadas y miradas que solo tú y yo entendemos,
(además de nuestro inglés chapurreao', obviamente).
Me has enseñado lo poco que sé de la vida y a creer en mí mismo lo que creo,
(un poco menos que en ti claro).
Aunque si me pusiera a contar todo lo que tengo que agradecer no acabaría nunca,
así que resumiendo;
hace veinte años que nació la hermana que todo el mundo desearía,
y yo, que nunca me toca nada, tuve suerte.

Muchísimas felicidades hermana.

Te quiero como a nadie.

lunes, 24 de agosto de 2015

Mírame a los ojos.

Me apetece un tercio de ficción cautiva en tus ojos.
Y cada vez que intento encontrarla me esquivas la mirada
y el que aparece cautivo soy yo,
de una realidad de mierda,
en la que la carcelera es la rutina 
y no ha sido capaz de darme la condicional.
Dame unos segundos de libertad inmensa encerrado en mi ensimismamiento,
porque puedo perderme en el inmenso de tus pupilas y me sentiré como en casa.
Mírame a los ojos.
Tus pestañas son como hilos de noche,
de esperanza,
son un desorden de letras que aciertan a decir
"lo mejor está por venir".
Tus párpados son el muro que aísla
 la elegancia, la belleza, el amor,
de este mundo podrido
así que ciérralos
o mírame a los ojos.
Tus ojos son como todo lo que nunca he tenido y tanto deseo,
así que de una vez,
mírame a los ojos.



miércoles, 12 de agosto de 2015

Un grito al vacío.

Sin alma y sin corazón.
Un remolino de aves de gasolina y bidones de papel.
Una corriente desbordada y cicatrizante que no termina.
Un callejón sin salida.
Un intoxicado y acogedor amanecer.

Ando muerto preso de la vida.
Quiero quemar mis recuerdos,
convertir todo en ceniza.
Corto con un lápiz afilado mis venas de papel.
No me queda otra,
sobrevivo a la vida con tópicos y versos cargados de sentimentalismo.

Deslizando mi agonía entre flor y flor.
Me cansé de escribirle a la luna
y me ahogué en un mar sin olas.
Respiro por placer aunque no lo necesito.
Necesidad, algo relativo.
Un grito al vacío si te sientes perdido.

Me quiero, no me quiero,
me quiero, no, no me quiero.
Arranco pétalos de las flores que cargan con mi agonía.
Cada letra que escribo es un atisbo de aire en mis pulmones,
un atisbo de satisfacción,
de vida.
Me desahogo sin lágrimas porque no he aprendido a nadar,
ni en agua ni en tinta.
Te necesito, relativamente sí, pero lo hago.
Te busco y me pierdo.
Grito.

(Un placer trabajar contigo Cristina, eres una artista. Mil gracias.)

sábado, 8 de agosto de 2015

Postureando.

Susurré detrás de tu oreja,
multitud de palabras lujuriosas,
disfrazadas de poesía,
mi mayor ambición era quitarte las bragas
y un par de versos no iban a venirme mal.
Aquella noche busqué la felicidad en tu cremallera rota de tanto usarla,
tu tanga de hilo fino
y corridas
y corridas
y más corridas.
Te follé hasta que no pude más.
El alba nos pillo desnudos y a mi no me quedó otra,
así que me vestí y bajé corriendo las escaleras.
Era diciembre y el frío congelaba la punta de los dedos que antes ardían debajo de tu ombligo.
Yo desidioso escuché un grito tuyo desde la ventana
"llámame" llegué a entender.
La gente no se daba cuenta de lo que pasaba,
unos andaban ensimismados pensando en sus insignificantes problemas,
otros solo tenían ojos para su móvil
y a los demás simplemente les daba igual.
Yo me puse a andar ensimismado sin saber muy bien donde,
pensé en lo que había pasado esa noche,
y colgué en Twitter lo vacío que estaba. 


lunes, 27 de julio de 2015

Las noches no son buenas para pensar me dijo alguien algún día.

Yo que coso versos añorando besos que en su día me hicieron volar
y hoy no llevan a ninguna parte.
Yo que hablo de la vida sin saber como se vive
y de la poesía como si tuviese la mínima idea de escribir.
Yo que quiero decir tantas cosas y al final no digo nada,
grito de una vez que soy una montaña rusa emocional.
Un día te quiero y al siguiente me muero por otros labios.
Un día me despierto y nadie me levanta,
otro me despierto y nada me achanta.
Un día tan feliz y al otro con nada dentro.
Busco mi corazón entre las hojas de Loreto,
o de David,
pero parece que hace mucho que lo perdí,
hazme el favor y busca entre tus piernas,
puede que lo dejará allí en algún que otro arrebato de sentimentalismo desmedido.
Ya de paso me recuerdas a que sabían tus gemidos
y a que huelen tus carcajadas.
Si sacas un hueco también podrías ayudarme a recoger chatarra,
de esa que hay tirada por mis sueños.
Y como último si no es mucha molestia vuelve,
que quiero que por fin sepas que yo,
por mucho que cosa versos, 
hable de la vida,
calle tanto por no saber que decir
y sea tan inestable,
por fin he aprendido que toda esa chatarra,
no es más que tesoros que hay que descubrir
y ya no a tu lado.
Las noches no son buenas para pensar me dijo alguien algún día.

martes, 21 de julio de 2015

"La poesía está de coña"

Entre barra y barra de bar en bar he encontrado dedos que en contacto con mi espalda parecen puñales,
entre tercio y tercio de cerveza he perdido todos y cada uno de tus besos,
entre trago y trago he pensado que ni borracho sé como decirte mi verdad.
El camarero me acaba de decir que ya había tomado demasiadas copas,
qué coño sabrá él lo que necesito beber para olvidar
y qué coño sabré yo si te quiero olvidar
si te estoy escribiendo en una servilleta de mierda de un garito asqueroso
mientras apuro lo que queda del tercio
y me digo a mi mismo cada vez más seguro,
que Miguel Gane tiene razón y la poesía está de coña.



lunes, 20 de julio de 2015

Perdiendo el tiempo.

Dicen que el tiempo cura heridas,
que pone a cada uno en su sitio
que da la razón a quien la tiene,
y yo me río de ellos.
Hace ya demasiado tiempo que decidí arrancar el segundero de todos mis relojes,
aquella aguja era la misma que abría todas mis heridas cada vez que pensaba en ti,
y me decía a mi mismo que olvidarte solo era cuestión de tiempo.
El tiempo no me ha puesto en mi sitio,
no se muy bien cual es mi sitio de hecho,
dejé mi corazón en un cajón y no lo encuentro por ninguna parte,
estoy perdido,
rebusco por el sur a ver si encuentro el norte,
no sé si el ayer será el mañana,
ni si el hoy hay que vivirlo como si fuese el último día o el primero,
no sé si el todo ahora es nada,
ni si cuando pensaba en ti mataba las horas o eran ellas las que iban acabando conmigo,
y lo más jodido,
no sé que pasa por tu cabeza, no sé si me quieres.
Yo sigo sin tener razones para no quererte
porque el tiempo no me ha dado la razón,
más bien me la ha quitado
y ahora soy loco de desamor.
Suicida enamorado.
Poeta sin musa.

lunes, 13 de julio de 2015

En rebajas.

Mi sonrisa está descosida,
de tantos besos arrancados
en bocas estrenadas,
vestidas con piel de etiqueta (la suya)
que me iban desnudando a mí poco a poco, 
sin quitarme ni una sola prenda.
Estoy ahogándome con los hilos de los tangas que arranqué
y que ahora me rodean el cuello formando una soga. 
Ya no llevo los pantalones en esta relación conmigo mismo
y mi estabilidad tiene frío desde que la pillaste en bragas y te llevaste toda la ropa del armario.
Todas las mariposas de mi estómago se han convertido en polillas
que han volado hasta mi caja torácica y están destrozando cada centímetro de mi corazón. 
Ven y dame otro de tus abrazos-estufa, o volvamos a echar uno de esos polvos en los que tu eras fuego y yo pólvora. 
Corre, que ya llega el invierno.

jueves, 9 de julio de 2015

Te extraño.

Tengo algún que otro texto en borradores y algún que otro poema enlatado,
hablando de lo bonita que es la poesía,
de lo jodida que es la melancolía,
o de la dificultad de la metapoesía.

Pero ahora quiero recitar catorce versos que cuentan lo frustrante que es todo,
cuando me acuerdo del ímpetu que le echamos cuando desafiamos al tiempo,
y lo crédulos que eramos al creer que esto era inmortal y que el tiempo iba a dejarse ganar.

Cuento en este poema que quiero volver a oler los látigos que tenías como pestañas,
que quiero volver a escuchar tus ojos sin amordazar que lo dicen todo,
que quiero volver a levantar el puño contigo y sentir que tus dedos son como la metadona que calma mi mono de ti.

Te escribo en este folio en blanco,
para que sepas que todos los Cócteles Molotov que las mariposas de mi estomago lanzan contra mis lagrimales,
solo hacen que con las mejillas empapadas por el diluvio que avanza desde mis ojos,
tenga cada vez más ganas de decirte que te echo de menos.


Descarrilado.

Cuando bajé del tren,
Empecé a darme cuenta,
De que no era el mismo el color de la primavera
De que el reloj no estaba parado,
De que el amor pasa,
Y que al acabar su recorrido,
En el andén,
Nadie te espera.

Cuando bajé del tren
Pensé en ser artista,
para hacer borrón y cuenta nueva,
Para que al poner tú mente en blanco,
Me diese tiempo a pintarte la vida de colores.
Pensé en ser matemático,
para empezar todo de cero,
Que contaras conmigo,
Sin ningún problema.

Cuando bajé del tren,
Con algún que otro rasguño en el corazón,
Y mis dos lagrimales secos,
Como equipaje de mano,
Quise tirarme a las vías,
Subir al vagón de nuevo,
Haciendo escala en tus caderas,
Dirección ninguna parte.

Vuelvo a escribirte.

Un ataque kamikaze de ida y vuelta,
y voy,
y vuelvo a empezar,
con un par de versos susurrados
al hueco que hay entre sus bragas
y mis sueños.

Ya está el caos sembrado,
hasta que con la boca chica,
me grita que no quiere verme más
(si no es entre sus piernas).
Un éxtasis de sentimientos encontrados,
hartos de perderse entre mis sábanas y sus gemidos,
encantados de conocerse,
una vez más.

Y sufro un ataque de ira,
contra el tiempo,
contra la vida que se marcha al ritmo de su palpitar,
sístole, diástole.

Y no vuelve.

Y de postre un sol maldito que termine de volverme loco.

Aguantando a que pase el invierno, 
como un peñasco, 
con ganas de tu corazón de mimbre,
el mío embarrado y muerto de asco,
Pensé en hacerte una cenefa a besos,
pero al ser tan torpe y tonto,
me quedé en escribirte estos versos,
descafeinados como tus ojos,
tu sonrisa que no se esconde, 
o tu pelo que vuela como los cien pajaros,
que me haces tener en la cabeza.
Desgastado de andar por el suelo, 
decidí también,
que quería volar como ellos.

Y aterricé en tus caderas,
que se movían como las alas de tanta ave,
y planeaban un ataque por sorpresa,
para asesinar al alba,
y que la noche no acabará nunca.
Y ya por la mañana.
podrías poner el mantel y quedarte a mi lado,
que mis manos quieren comerte a ti,
y estoy seguro de que no me sabrías a poco.

Tragicomedia.

Luces, cámara, acción.

La película ha comenzado,
no te preocupes por el final,
da igual si no te sabes el guión.
Levántate y empieza a improvisar.
Hoy es una escena más,
o una menos,
tú decides.

Aquí no me valen amores imposibles,
ni besos de cine.
Aquí no nos queda París
aunque no me importaría tocarte otra vez, niña.

Lo que queda es un poco de barro en mi corazón,
algo de sal en mis heridas
y una pizca de ti dentro de mí.

Puede que te pise los pies.

Impotencia, 
poemas sin contenido alguno.
Indecencia,
tener ganas de comerse el mundo.
Incoherencia,
ser cuerdo y morir,
sobrevivir a la locura de la vida,
desafiar a la perspectiva de fracaso a la que estamos condenados.

Y bailar sin zapatos de cristal,
sin ritmo ninguno,
sin ir a compás,
y creer en poder hacerlo,
puedes hacerlo.
Y sentirte la reina del baile,
sentirte bien aunque sea solo un rato,
te muevas mal o no,
aquí tienes al tonto de las flores,
el que con este poema absurdo y sin contenido,
pide que le concedas este baile,
para poder comerte de una vez.

H(a na)cido un verso, señorita.

Dándole vueltas a la cabeza, 
cuando me da por no perderla, 
pienso en que los amigos de verdad
se pueden contar con los dedos de una mano.
Sé que contigo puedo contar.

No sé como ni por qué, 
nos conocimos
y acabamos rozando,
el roce hace el cariño, dicen,
nosotros acabamos en llamas con tanta chispa.

Pero en ese tiempo yo estaba perdido
y no quisimos encontrarnos del todo.
Gracias a Dios.
Prefiero la amistad,
dura más,
y quiero que todo lo que tú y yo sabemos,
(todas esas caras tan tuyas.
Tu alegría de jueves.
Mi tristeza de lunes.
Tu vicio a la acetona.
El mío a la poesía.
Esas veces que andamos por el mismo camino,
sí, ese tan largo que te gusta tanto.
Todos esos naufragios en vasos medio vacíos de domingo resacoso
y hasta arriba en uno de nuestros viernes,
que acaban en un brindis por nosotros)
no terminen nunca.
Porque somos como dos gotas de agua,
tan anormales,
tan indecisos. 
Y la gota que colma el vaso, 
(ese de viernes tan bonito)
es que somos muy,
pero que muy,
piscis.

No sé que es esto.

La verdad, no sé qué es esto, 
esto de perderme si creo que te pierdo,
de verte y encontrarme,
otra vez, 
como nuevo.
Y de nuevo pensar,
que pierdo la razón,
cuando me llevas la contraria,
contrariado y loco,
por saber si tú me haces desvariar.
Y para variar me pierdo en tus caderas,
y me vuelvo a encontrar si te vuelvo a ver,
Cuando me quitas la venda de los ojos
 aunque los cierre,
para leerte en braille.
Y puestos a leernos, nos escribimos ¿no?
Espero tu respuesta guapa.
Y bueno, respondiendo a las preguntas,
que cambian cuando me las sé,
y no saben hacer que cambie, 
aunque pregunto, ¿realmente cambiamos?
Yo creo que no, que solo lospequeños detalles,
lo que varía es la percepción de los demás sobre nosotros.
Y lo que piensen los demás no me importa, sin duda,
y ahora dudo de lo que acabo de escribir,
porque no sé que es esto, la verdad.

Bonito, todo me parece bonito.

Sístole, diástole.
El reloj marca las tres y no sé si quiero despertar,
quizá esto ya no sea un sueño.
Joder, ayer me puse hasta las cejas.
El mundo poco a poco se me quiso comer,
yo contesté mordiéndote la boca,
y cielo, sabías como dios.
Me levanto a la pata coja,
no sé si me he vuelto a equivocar de pie.
Tengo la corazonada de que hoy será un gran día.
Abro la ventana,
el sol en mi cara.
Enchufo un pitillo,
notando como me mata por dentro
y me acuerdo de ti
y tus ganas de vivir,
que irónico.
Entro a la ducha,
un jarro de agua caliente,
mucho más frío si tú no estás.
Abro el armario,
vaqueros rasgados y chupa de cuero,
viejo perro rockero,
de esos que nunca mueren.
Voy a salir a la calle,
Pero se me cuela en casa un amanecer,
¡joder, que bien!
Que ganas de compartirlo contigo algún día,
que prisa por quererte lento,
que basura esto que te escribo
que bonita tu ambigüedad,
que bonita mi duda.

Los gatos andábamos colgados.

Me gusta analizar a la gente.
No sé si es una de mis manías, 
si tiene algún sentido
o si soy un capullo frío y calculador.
Suelo conseguirlo con todo el mundo,
por eso sospecho que tú no eres de aquí.
Que vienes de cualquier otro planeta.
Pero ¿sabes qué?
Me gusta no saber analizarte.
No saber por donde pillarte,
sin pillarme los dedos.
No saber por donde me vas a salir.
Me gusta el aire fresco que traes,
cuando mueves el pelo y te ríes,
que hasta el cierzo flipa, colega.
Me gusta también cuando te miro,
porque no sé que veo en tus ojos.
no sé leerte sin papel y boli,
y eso me engancha a ti por no sé qué motivo.
Me gusta que seas un misterio,
porque los misterios están para esolverlos
y yo pienso hacerlo.

Porque aunque la curiosidad mató al gato, 
todavía le quedan seis vidas.

Olvida el olvido.

Cuando estés en tu nube,
a ras de cielo,
preciosa aunque llena de tormentas tormentos.
Recuerda que te quiero.

Cuando tu vida se convierta en un infierno,
y se te seque el cuerpo de tanto llorar,
queriendo salir a flote y no naufragar.
Recuerda que te quiero.

Cuando no aguantes este ritmo frenético,
tus caderas ya no se muevan acompasadamente,
y no suene la alma rota del Robe en mitad del polvo. 
Recuerda que te quiero.

Pero sobre todo,
cuando vayas a olvidarme,
París no esté tan bonito,
y estés mejor sóla.
Recuerda que te quiero.

Hasta dentro de un rato.

Después de tanta risa,
de tanto gran momento,
de besos lentos cuando teníamos prisa.

Después de buscarte entre mis sábanas
y de encontrarte en todos mis sueños.

Después de volar sin alas,
recorriendo tu cuerpo cielo.

Después de querernos,
metiéndonos en camisa de once varas.
Joder, y qué bien te quedaba mi camisa sin nada más.

Quizá después de dispararnos,
con aquel revólver cargado de sentimientos,
atravesándonos el corazón.
Jodido Cúpido, 
¿no era suficiente tu flecha?

Después de nosotros,
tú, eres,
yo, ya no.

Gotas de melancolía.

Verde, paisaje verde,
amapolas que parecían flores.
Yo pez estancado.
Tú estanque.
Llueve.

Abandonado, barco abandonado,
naufragado en la 338.
Yo pirata.
Tú tesoro.
Llueve.

Oscura, habitación oscura,
Extremoduro en vena.
Yo preso.
Tú carcelera.
Llueve.

Gris, día gris,
sentimientos empapados en papel.
Yo poeta.
Tú musa.
Llueve.