viernes, 28 de agosto de 2015

Con ese corazón tan cinco estrellas.

Veinte años de sueños espolvoreados con soplos de felicidad que desprenden tus ojos.
Hipnotizas al miedo con solo una sonrisa.
Tienes la palabra revolución grabada a fuego en el lado izquierdo de tu pecho.
Eres la noche que esperan los enamorados para encontrarse,
el día que trae el alba y súbitamente da una bofetada de realidad a todo loco nocturno.
Eres fantasía con los pies en la tierra.
Mira,
te voy a confesar una cosa.
Logras que cada mañana sea una nueva oportunidad de robarte un abrazo "rompehuesos" o cualquier muestra de que me quieres,
y no quiero que te vayas nunca,
(como Kutxi dijo, "quédate hasta el día en que lluevan pianos, quédate.")
Quería agradecerte todo lo que haces por mí;
Me has protegido con uñas y dientes siempre.
Has inventado un nuevo lenguaje de carcajadas y miradas que solo tú y yo entendemos,
(además de nuestro inglés chapurreao', obviamente).
Me has enseñado lo poco que sé de la vida y a creer en mí mismo lo que creo,
(un poco menos que en ti claro).
Aunque si me pusiera a contar todo lo que tengo que agradecer no acabaría nunca,
así que resumiendo;
hace veinte años que nació la hermana que todo el mundo desearía,
y yo, que nunca me toca nada, tuve suerte.

Muchísimas felicidades hermana.

Te quiero como a nadie.

lunes, 24 de agosto de 2015

Mírame a los ojos.

Me apetece un tercio de ficción cautiva en tus ojos.
Y cada vez que intento encontrarla me esquivas la mirada
y el que aparece cautivo soy yo,
de una realidad de mierda,
en la que la carcelera es la rutina 
y no ha sido capaz de darme la condicional.
Dame unos segundos de libertad inmensa encerrado en mi ensimismamiento,
porque puedo perderme en el inmenso de tus pupilas y me sentiré como en casa.
Mírame a los ojos.
Tus pestañas son como hilos de noche,
de esperanza,
son un desorden de letras que aciertan a decir
"lo mejor está por venir".
Tus párpados son el muro que aísla
 la elegancia, la belleza, el amor,
de este mundo podrido
así que ciérralos
o mírame a los ojos.
Tus ojos son como todo lo que nunca he tenido y tanto deseo,
así que de una vez,
mírame a los ojos.



miércoles, 12 de agosto de 2015

Un grito al vacío.

Sin alma y sin corazón.
Un remolino de aves de gasolina y bidones de papel.
Una corriente desbordada y cicatrizante que no termina.
Un callejón sin salida.
Un intoxicado y acogedor amanecer.

Ando muerto preso de la vida.
Quiero quemar mis recuerdos,
convertir todo en ceniza.
Corto con un lápiz afilado mis venas de papel.
No me queda otra,
sobrevivo a la vida con tópicos y versos cargados de sentimentalismo.

Deslizando mi agonía entre flor y flor.
Me cansé de escribirle a la luna
y me ahogué en un mar sin olas.
Respiro por placer aunque no lo necesito.
Necesidad, algo relativo.
Un grito al vacío si te sientes perdido.

Me quiero, no me quiero,
me quiero, no, no me quiero.
Arranco pétalos de las flores que cargan con mi agonía.
Cada letra que escribo es un atisbo de aire en mis pulmones,
un atisbo de satisfacción,
de vida.
Me desahogo sin lágrimas porque no he aprendido a nadar,
ni en agua ni en tinta.
Te necesito, relativamente sí, pero lo hago.
Te busco y me pierdo.
Grito.

(Un placer trabajar contigo Cristina, eres una artista. Mil gracias.)

sábado, 8 de agosto de 2015

Postureando.

Susurré detrás de tu oreja,
multitud de palabras lujuriosas,
disfrazadas de poesía,
mi mayor ambición era quitarte las bragas
y un par de versos no iban a venirme mal.
Aquella noche busqué la felicidad en tu cremallera rota de tanto usarla,
tu tanga de hilo fino
y corridas
y corridas
y más corridas.
Te follé hasta que no pude más.
El alba nos pillo desnudos y a mi no me quedó otra,
así que me vestí y bajé corriendo las escaleras.
Era diciembre y el frío congelaba la punta de los dedos que antes ardían debajo de tu ombligo.
Yo desidioso escuché un grito tuyo desde la ventana
"llámame" llegué a entender.
La gente no se daba cuenta de lo que pasaba,
unos andaban ensimismados pensando en sus insignificantes problemas,
otros solo tenían ojos para su móvil
y a los demás simplemente les daba igual.
Yo me puse a andar ensimismado sin saber muy bien donde,
pensé en lo que había pasado esa noche,
y colgué en Twitter lo vacío que estaba.