sábado, 29 de diciembre de 2018

Escuchadme.

Cuando anhelamos expresar
lo que nuestra cabeza maquina
y las crisálidas de ideas que quieren ser grito eclosionan,
la esencia de lo real
se desvanece entre consonantes y vocales
y al abecedario le queda grande
todo aquello que sentimos.
¿Cómo pretendemos encerrar en 8 letras la libertad?
Es una metamorfosis imposible.
Es tratar de descifrar la esencia de la realidad,
cifrando cada una de sus partes.

Cuando el silencio duele,
las palabras brotan como locas de las bocas
y no dicen nada.
El superfluo fluir de fonemas
es cubrirse el cuerpo con espejismos de compañía
y evitar así la fría caricia de la soledad.
Es huir de lo propio
y refugiarse en lo ajeno.
Es miedo a encontrarse con uno mismo
y escucharse por dentro.

Cuando las palabras enmudecen,
dicen exactamente
aquello que quieren decir.
Así que,
por favor,
olvidad todo esto,
escuchadme cuando calle.

domingo, 9 de diciembre de 2018

Psique

Caminando por los pasillos de la mente
descubrí que no iba a encontrar salida.
Pero seguí paseando.
Imaginé mil puertas a ninguna parte
y otras tantas de las que no tenía llave.
Así que huí,
corrí.
Me recorrí,
pero no me conocía.
Me pregunté por qué el frío parecía calor en alguno de mis sueños
y el universo siempre me hacía pequeño.
Me odié
y odié cada uno de mis miedos,
siempre acechando todo aquello que podría conseguir.
Busqué donde habitaba el olvido
para ver si encontraba lo que un día fui.
No lo encontré.
Así que huí,
corrí.
Me recorrí,
pero no me conocía.
Tuve que seguir paseando.
Entonces la vi.
Cómo volaban sus pupilas y las mías
entrelazando su aleteo,
cómo zumbaban las palabras que no fueron pronunciadas
en el paladar del silencio.
Qué fuerza la de nuestros corazones
latiendo
y la de aquel aliento
escapando de su prisión alveolar.
Cuan fugaz fue el instante
en el que mi mejor idea se cruzó conmigo
y decidió pasar de largo.