viernes, 28 de agosto de 2015

Con ese corazón tan cinco estrellas.

Veinte años de sueños espolvoreados con soplos de felicidad que desprenden tus ojos.
Hipnotizas al miedo con solo una sonrisa.
Tienes la palabra revolución grabada a fuego en el lado izquierdo de tu pecho.
Eres la noche que esperan los enamorados para encontrarse,
el día que trae el alba y súbitamente da una bofetada de realidad a todo loco nocturno.
Eres fantasía con los pies en la tierra.
Mira,
te voy a confesar una cosa.
Logras que cada mañana sea una nueva oportunidad de robarte un abrazo "rompehuesos" o cualquier muestra de que me quieres,
y no quiero que te vayas nunca,
(como Kutxi dijo, "quédate hasta el día en que lluevan pianos, quédate.")
Quería agradecerte todo lo que haces por mí;
Me has protegido con uñas y dientes siempre.
Has inventado un nuevo lenguaje de carcajadas y miradas que solo tú y yo entendemos,
(además de nuestro inglés chapurreao', obviamente).
Me has enseñado lo poco que sé de la vida y a creer en mí mismo lo que creo,
(un poco menos que en ti claro).
Aunque si me pusiera a contar todo lo que tengo que agradecer no acabaría nunca,
así que resumiendo;
hace veinte años que nació la hermana que todo el mundo desearía,
y yo, que nunca me toca nada, tuve suerte.

Muchísimas felicidades hermana.

Te quiero como a nadie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario