miércoles, 9 de septiembre de 2015

Ases.






Pienso en que será de mí dentro de unos años,
unos meses,
unas semanas,
unos días
e incluso dentro de un rato.
Amordazo arrepentimientos para que mi conciencia intranquila sea la que tenga la última palabra.
Tengo algo entre manos y no es más que una pistola cargada con cagadas y caprichos propios,
los lápices con los que escribo ahora parecen más afilados que nunca y acarician mi yugular. 
No sé si seguiré queriendo escribir,
si dormiré a ver si por fin dejo de soñar
o si desearé que mi amiga de plata arañe mis sesos 
para conseguir una deseada catarsis.
Los naipes esconden mi destino,
pero yo los barajo.
Corta.

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