lunes, 13 de julio de 2015

En rebajas.

Mi sonrisa está descosida,
de tantos besos arrancados
en bocas estrenadas,
vestidas con piel de etiqueta (la suya)
que me iban desnudando a mí poco a poco, 
sin quitarme ni una sola prenda.
Estoy ahogándome con los hilos de los tangas que arranqué
y que ahora me rodean el cuello formando una soga. 
Ya no llevo los pantalones en esta relación conmigo mismo
y mi estabilidad tiene frío desde que la pillaste en bragas y te llevaste toda la ropa del armario.
Todas las mariposas de mi estómago se han convertido en polillas
que han volado hasta mi caja torácica y están destrozando cada centímetro de mi corazón. 
Ven y dame otro de tus abrazos-estufa, o volvamos a echar uno de esos polvos en los que tu eras fuego y yo pólvora. 
Corre, que ya llega el invierno.

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